López Chiesa: “Sin eliminar impuestos distorsivos va a ser difícil que algo cambie en Argentina”

El tributarista Fernando López Chiesa, socio de Lisicki, Litvin & Asociados, analizó en San Nicolás Debate los ejes centrales de la reforma tributaria que prepara el Gobierno, el impacto de la desregulación, el futuro del monotributo, la presión fiscal y las distorsiones que frenan la competitividad. También advirtió que muchas medidas “solo funcionarán si se corrige la seguridad social y se eliminan tributos como Ingresos Brutos o el impuesto al cheque”.

Fernando López Chiesa abrió la entrevista reconociendo que el proyecto integral de reforma tributaria “sigue bajo siete llaves”, aunque ya existen elementos concretos en debate. El primero es la modificación de la Ley Penal Tributaria, que obtuvo media sanción en Diputados y avanza en el Senado. Según explicó, esa reforma busca dar previsibilidad jurídica a los contribuyentes que entren en procesos penales fiscales. “Me gusta más el proyecto de inocencia fiscal porque permite resolver un proceso penal mediante el pago de una multa económica y salir de esa situación”, comentó. Recordó que desde 1990 la penal tributaria quedó muchas veces neutralizada por moratorias y blanqueos: “Siempre terminaba siendo eximida por estos procesos”.

El vínculo con los blanqueos y el temor a exteriorizar

Consultado sobre si una ley de inocencia fiscal hubiera cambiado el resultado de blanqueos pasados, López Chiesa fue claro: “Para que un pequeño ahorrista pueda depositar dólares y comprarse un auto o una casa sin miedo, necesita blindaje. Necesita protección legal penal”. Recordó que el último blanqueo, sin ser comparable con el de 2016, recaudó más de 25 mil millones de dólares, pero aún persiste el “prurito” a la hora de exteriorizar fondos. La inocencia fiscal apunta a disminuir ese temor.

El futuro del monotributo y la falta de un puente hacia el régimen general

Un punto sensible de la entrevista fue el futuro del monotributo, luego de versiones sobre su posible eliminación. López Chiesa lo desmintió: “El monotributo es elegido por más de tres millones de contribuyentes. Fue creado para 300 mil. La gente no quiere salir porque no existe un puente hacia un régimen intermedio cuando el negocio crece”. Señaló que algunos beneficios, como los del programa de inocencia fiscal, no aplican plenamente a monotributistas a menos que migren a un régimen de responsables inscriptos. “Si no trazamos ese puente, la gente se va a querer seguir quedando siempre en el monotributo”, advirtió.

155 impuestos y solo diez recaudan: la distorsión del sistema

El tributarista repasó una de las paradojas del sistema fiscal argentino: “Tenemos 155 impuestos, pero el común de la gente paga entre 20 y 30. Los patrimonios altos pueden llegar a 50”. Destacó que apenas diez tributos concentran casi toda la recaudación, mientras persisten figuras “altamente distorsivas”, como el impuesto al cheque o Ingresos Brutos. “Si esos impuestos no se eliminan, va a ser difícil que la presión tributaria disminuya y que algo cambie”, aseguró.

Ganancias, IVA y la necesidad de actualizar deducciones congeladas

López Chiesa señaló que parte del problema está en la falta de actualización del impuesto a las Ganancias. “Las deducciones están totalmente atrasadas. Un ejemplo ridículo: el seguro de sepelio permite descontar 996 pesos. Es un valor sin sentido”. En el plano empresarial, explicó que la alícuota máxima del 35% se vuelve casi 39,5% si se suman los impuestos a los dividendos. “Es una alícuota demasiado alta. Para un país que quiere atraer inversiones exportadoras, esto tiene que bajar”, afirmó. Como referencia, mencionó el régimen para grandes inversiones (RIGI), que propone tasas del 25%.

Un “mini RIGI” para pymes: amortización acelerada e incentivos

El entrevistado consideró clave que la reforma incluya un esquema similar al RIGI pero específico para pymes: “Necesitamos permitir amortización acelerada de maquinaria y capital de trabajo. Eso baja la carga tributaria y fomenta inversión. Si no hay incentivos claros, la reforma queda a medias”. Recalcó que muchos sectores productivos —por fuera de minería y energía— atraviesan serias dificultades: “Hay que darles un voto de confianza fiscal”.

Presión tributaria real: entre el 28% y el 52% del PBI

La presión tributaria formal ronda el 28%, pero al considerar la informalidad, según explicó, se acerca al 52% del PBI. “Son niveles altísimos, incluso superiores a países nórdicos, pero sin la contrapartida de servicios públicos”, afirmó. Relató el ejemplo de Paraguay, donde la combinación de impuestos más bajos —10% de Ganancias, 10% de IVA, 10% de seguridad social— generó un crecimiento del 36% del PBI y atrajo inversiones argentinas y brasileñas.

Desregulación y competitividad: efectos todavía difíciles de medir

En relación con las desregulaciones impulsadas por el Gobierno y el Ministerio de Modernización, López Chiesa planteó que el impacto aún es difícil de cuantificar. Sin embargo, destacó que parte del alivio para las empresas no solo depende de Nación: “Provincias y municipios tienen muchísimos regímenes de retención, percepción e información que hacen que una empresa necesite más recursos solo para cumplir formalidades”. Valorizó que la AFIP haya eliminado varios regímenes de información que no ampliaban la base tributaria: “Lo anterior tampoco funcionaba. Ese gran hermano de datos no capturaba al evasor real”.

Aportes patronales: una carga que desalienta el empleo

El especialista fue contundente respecto a la necesidad de reformar la seguridad social: “Por cada 100 pesos que te pago como empresa, tengo que pagar 54 pesos adicionales en cargas. Es un sistema muy poco competitivo”. Propuso reducir alícuotas y fomentar la contratación de personas con planes sociales o desocupadas mediante beneficios en contribuciones. También comparó la desigualdad entre autónomos y monotributistas: “Un autónomo paga más de 200 mil pesos mensuales y termina con la misma prestación que un monotributista que aporta 36 mil. Es insostenible”.

Una reforma necesaria que aún genera incertidumbre

López Chiesa cerró la entrevista destacando que todavía hay poca información concreta sobre el texto final de la reforma, pero sí certeza sobre la urgencia: “Si no se corrigen impuestos distorsivos, la falta de actualización en Ganancias y las cargas sociales, ninguna reforma va a ser completa”. Agradeció la invitación y anticipó que volverá al programa cuando el proyecto tome forma definitiva: “Habrá mucho para analizar cuando el Gobierno muestre el paquete final”.

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