Santiago Kovadloff: “La decepción con la democracia es lo que alimenta el auge de los populismos”

El filósofo y ensayista analizó en San Nicolás Debate los desafíos educativos del país, el rol de la política, el liderazgo de Javier Milei, la crisis del peronismo y el avance de figuras disruptivas en la región. Advirtió que Argentina sigue atrapada en la urgencia económica y aún no logra proyectar un horizonte cultural de largo plazo.

Educar al soberano: el desafío que Argentina sigue postergando

Kovadloff planteó que la educación contemporánea está quedando subordinada al dominio técnico y a la eficiencia instrumental, mientras se descuida la formación cívica y moral del ciudadano. “No podemos reducir la educación a la idoneidad en el manejo del instrumental. Es imprescindible volver a la consigna de Sarmiento: educar al soberano”, sostuvo.

Para el filósofo, la tecnología es indispensable, pero no puede eclipsar la formación del sujeto que la utiliza. La falta de una política educativa integral es, a su juicio, parte de un problema más profundo: “El político en la Argentina prioriza la demanda económica inmediata. Como si fuera posible disociar la realización del sujeto económico de la realización del sujeto cívico”.

Kovadloff vinculó esta mirada con un país marcado por fragilidades macro y microeconómicas que condicionan la agenda pública y relegan todo proyecto educativo a un plano secundario.

El liderazgo de Milei y la urgencia de la macroeconomía

Al analizar la figura del presidente, Kovadloff señaló que Javier Milei logró “descubrir la urgencia de nuestro tiempo”: ordenar una macroeconomía destruida antes de encarar otros desafíos de gobernabilidad. Destacó, además, un cambio reciente en el estilo presidencial. “Parece haber renunciado al lenguaje cloacal y a homologar a todo adversario con basura. Ha adoptado una actitud, si no dialógica, al menos orientada a construir fortaleza política mediante la interlocución”.

Respecto al futuro del gobierno, consideró que la primera minoría alcanzada en Diputados abre una oportunidad para ampliar su capacidad de negociación. Según dijo, el apoyo social proviene de una ciudadanía que “decidió correr riesgos frente a la incertidumbre antes que recaer en los errores del pasado”.

El peronismo, entre la pérdida de protagonismo y la ausencia de un proyecto

El filósofo describió al peronismo como una fuerza en retroceso, fragmentada y sin narrativa renovada. “No solo perdió protagonismo por la detención de su líder y las causas que pesan sobre ella. No ha generado un liderazgo de contenidos políticos alternativos. Hoy es una fuerza balbuceante”, afirmó.

Kovadloff extendió su diagnóstico a otras expresiones opositoras, que también afrontan desorientación y falta de propuestas sólidas. “Estamos en una etapa de unilateralidad política en favor del oficialismo. Y eso no es deseable: una democracia republicana necesita fuerzas capaces de alternarse en la concepción y la práctica de lo político”.

Del auge republicano al ascenso de los populismos

Consultado por el cambio de ciclo que llevó del liderazgo republicano moderado (Macri, Piñera, Obama) a figuras más disruptivas (Trump, Milei, Bukele, Bolsonaro), Kovadloff explicó que la clave está en las frustraciones acumuladas dentro de las propias democracias.

“La decepción con los sistemas democráticos es lo que genera el auge de los populismos. Las democracias no terminaron de satisfacer necesidades sociales profundas, y eso abrió paso a liderazgos que prometen certezas rápidas, incluso a costa de la libertad”, analizó.

Puso como ejemplo el caso de El Salvador: “Bukele cuenta con un respaldo social enorme porque la sociedad ha preferido ganar seguridad incluso a costa de la libertad”. Para Kovadloff, estos procesos se repiten en distintos países cuando los regímenes republicanos no logran dar respuestas integrales.


¿Cuándo llegará el círculo virtuoso?

Frente a la pregunta sobre el paso de una mejora económica a un progreso cultural más profundo, Kovadloff fue prudente. “Es difícil responder al ‘cuándo’. Lo que debemos discernir es si nos encaminamos hacia allí”.

Por ahora, dijo, Argentina continúa atrapada en la lógica del corto plazo: “El país está sumido en la necesidad de resolver urgencias. El mediano y el largo plazo, indispensables para alcanzar ese ideal cultural, todavía no figuran en la agenda política”.

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