Gustavo Anschütz, CEO de la consultora AIC, analizó el impacto de las reformas del gobierno nacional en el sistema de transporte y puertos. También repasó el plan estratégico que diseñó para el puerto de San Nicolás.
En un nuevo episodio de San Nicolás Debate, el economista y consultor Gustavo Anschütz —referente nacional en temas de logística, hidrovía y gestión portuaria— compartió su visión sobre el nuevo rumbo que está tomando el transporte en Argentina, bajo el gobierno de Javier Milei. También analizó el potencial del puerto de San Nicolás y cómo se vio interrumpido un proyecto estratégico que apuntaba a modernizarlo.
Hidrovía, transporte y desregulación
Consultado sobre los cambios impulsados por el gobierno nacional en el sector, Anschütz fue claro: “Hay un cambio de agenda con respecto al anterior gobierno, en sentido contrario: mucho más parecido a los 90, con una agenda de desregulación del transporte”. En ese marco, valoró el reciente decreto sobre cabotaje nacional como “una gran cosa”, que puede mejorar la competitividad de los puertos menores, siempre que se implemente correctamente.
Respecto a la hidrovía, explicó: “Se está haciendo un nuevo pliego. Rápidamente hay que volver a un modelo de concesionamiento donde el peaje lo cobre el concesionario a riesgo, y garantice el calado navegable. No hay que darle mucha vuelta: eso es lo que funcionó antes, y lo que garantiza servicio”. Añadió que el actual sistema, donde AGP cobra el peaje y contrata a las empresas de dragado, es “altamente riesgoso para el comercio exterior argentino”.
Además, señaló cinco principios clave para el nuevo modelo: concesionario que cobre el peaje y garantice el dragado, órgano de control profesional, exclusión de competencia desleal por parte de empresas estatales extranjeras, exigencias técnicas claras para las dragadoras, y una separación entre la concesión Santa Fe–Océano y Santa Fe–al Norte, por tratarse de ríos con realidades diferentes.
El puerto de San Nicolás y el modelo landlord
Anschütz fue el responsable, junto a su consultora, de elaborar un plan estratégico y director para el puerto de San Nicolás durante los años 2017 y 2018. “Nos llamaron para ordenar el área funcional del puerto y elaborar pliegos para licitar la parte del silo de granos, mejorar el muelle y todo con inversión privada”, recordó. Sin embargo, la crisis macroeconómica de 2018 y el cambio de gobierno frenaron por completo el proceso.
“La figura de los consorcios es muy buena, es el modelo landlord que funciona en muchos países: el Estado es dueño de las tierras, pero los privados invierten y operan, con un directorio mixto que representa a trabajadores, usuarios y el Estado”, explicó.
Lamentó que en la provincia de Buenos Aires no se esté aprovechando ese modelo para impulsar desarrollo: “El administrador de un puerto no tiene que ser un recaudador. Al revés: tiene que promover inversiones, operaciones y mayor volumen de carga. Los puertos generan empleo y desarrollo regional genuino”.
Y fue crítico con medidas impositivas como el aumento de Ingresos Brutos a los puertos: “Con esa mentalidad no se avanza. Esperemos que vuelva una época en la que se impulse el desarrollo económico privado. No con subsidios, sino dejando que funcione”.
