El abogado laboralista Julián de Diego analizó en San Nicolás Debate los ejes del proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno, destacó la necesidad de pasar de la “cultura de la inflación” a la productividad, aclaró los alcances de la jornada flexible y advirtió que el sindicalismo atraviesa una crisis de representatividad mientras los gobernadores se perfilan como los actores decisivos en el Congreso.
El abogado laboralista Julián de Diego fue entrevistado en San Nicolás Debate para analizar los principales puntos del paquete de reformas que el Gobierno busca impulsar en materia laboral. Según explicó, las modificaciones proponen modernizar las relaciones de trabajo y recuperar la generación de empleo formal, que se mantiene estancada desde 2011.
Convenios por empresa y nuevos esquemas de negociación
De Diego explicó que uno de los ejes de la reforma es permitir que los convenios colectivos de empresa prevalezcan sobre los de actividad, algo que hoy solo ocurre cuando los sindicatos de base se separan del sindicato madre. “La novedad es que los gremios de base podrán negociar directamente con las empresas sin tener que desfederarse. La idea es dar más flexibilidad y adaptar las condiciones de trabajo a cada realidad productiva”, detalló.
De la inflación a la productividad
Otro punto clave de la iniciativa es el concepto de “salarios dinámicos”, orientado a reemplazar los ajustes automáticos por inflación por un esquema basado en la productividad. “El gobierno busca abandonar la cultura de la inflación y pasar a la cultura de la productividad. Que el trabajador pueda mejorar su salario con rendimiento, compromiso, colaboración y cuidado de las normas de seguridad y medioambiente”, explicó el especialista, quien destacó que la propuesta no elimina la negociación colectiva tradicional, sino que la complementa.
Jornadas flexibles y banco de horas
En relación con las polémicas versiones sobre jornadas de 12 horas, De Diego aclaró que no se trata de ampliar la jornada laboral, sino de formalizar el uso del “banco de horas”, un sistema vigente en Argentina desde 1991. “Puede haber días de 12 horas y otros de 4, pero siempre respetando un promedio de 8 horas diarias y 48 semanales. Esto ya se usa desde hace décadas en minería y en rubros comerciales que concentran su actividad los fines de semana”, sostuvo.
Indemnizaciones y facilidades para pymes
Respecto al cálculo de las indemnizaciones, el abogado precisó que los topes de 10 sueldos fueron eliminados de los borradores. “No se pueden aplicar retroactivamente sin vulnerar derechos adquiridos. Además, una limitación así demoraría su efecto por años, por eso se descartó”, explicó.
Sobre la posibilidad de pagar las indemnizaciones en cuotas, señaló que la medida no figura en los borradores actuales, aunque consideró razonable aplicarla a empresas pequeñas: “Para una pyme con pocos trabajadores puede ser una solución práctica. Cuando no se puede pagar, el perjudicado es el trabajador, no el empleador”.
El papel del sindicalismo y los gobernadores
De Diego consideró que el sindicalismo atraviesa “una crisis de representatividad” y un proceso interno de renovación de autoridades. “Hay dirigentes muy alejados de las bases. Hoy, aunque se opongan, los sindicatos tienen poco peso político: pocos legisladores propios y escasa incidencia parlamentaria. Quienes realmente van a definir estas reformas son los gobernadores, porque controlan a los diputados y senadores de sus provincias”, afirmó.
También remarcó que las reformas laborales deben aprobarse por ley, no por decreto. “No pueden dictarse por DNU ni reglamentariamente. Lo manda la Constitución: el Congreso es quien debe legislar sobre trabajo y seguridad social”, recordó.
Hacia un sistema más previsible
En su cierre, De Diego sostuvo que las reformas deben generar claridad y previsibilidad jurídica para impulsar la creación de empleo. “Hoy hay fallos con montos exorbitantes que destruyen puestos de trabajo. La Corte está intentando ordenar eso. El desafío es que la justicia laboral acompañe este cambio cultural que busca recuperar la confianza, atraer inversiones y crecer. Porque solo con crecimiento se genera empleo genuino”, concluyó.


