Matías Olivero Vila, presidente de la ONG Lógica, analizó en San Nicolás Debate los anuncios del Gobierno sobre una eventual reforma tributaria y advirtió que aún no existe ningún proyecto concreto en circulación. Sostuvo que Argentina mantiene un esquema fiscal “distorsivo, complejo y asfixiante” y pidió una baja real de impuestos y de la informalidad.
La reforma tributaria volvió a la agenda política tras las elecciones legislativas y, aunque todavía no hay un borrador oficial, el gobierno nacional anticipó que después de la reforma laboral avanzará sobre cambios impositivos. En este contexto, Matías Olivero Vila, presidente de la ONG Lógica, visitó San Nicolás Debate y planteó que, por ahora, “no hay proyecto, ni anteproyecto, ni un texto circulando”. Según explicó, todo lo que se conoce surge de declaraciones públicas del ministro Luis Caputo, del ministro Federico Sturzenegger y del propio Presidente, y se reduce a cuatro ejes: una baja de impuestos para personas humanas, modificaciones aún inciertas en el monotributo, la eliminación de 20 tributos de baja recaudación y nuevas deducciones.
“Hay un nerviosismo exagerado con el monotributo”
Olivero Vila aclaró que no existe decisión oficial de eliminar el monotributo. “No se ha dicho que se va a eliminar, y aun si lo hicieran, nadie dijo que el sistema sería peor. No imagino al Gobierno anunciando que las personas van a pagar menos y después subiéndole los impuestos a los monotributistas”, señaló. Para el presidente de Lógica, el debate público cayó en una confusión propia de la falta de un texto concreto y de rumores contradictorios dentro del propio oficialismo.
Un sistema con 155 tributos y los impuestos más altos del planeta
Consultado sobre la estructura tributaria actual, Olivero Vila fue contundente: “Tenemos 155 tributos entre impuestos, tasas y contribuciones. Pagamos más que cualquier país comparable”. Según detalló, distintos organismos como el Banco Mundial y la UIA ubican a la Argentina en el podio global de presión fiscal: “Es un infierno fiscal”.
Y enumeró distorsiones: un impuesto a las ganancias corporativas que, entre alícuota y retención de dividendos, llega al 40%; un IVA al 21% que debería estar “más cerca del 17 o 18%”; un impuesto al cheque que “no existe en ningún país del mundo con estas alícuotas”; ingresos brutos que se aplican en cascada; y tasas municipales que se calculan sobre ingresos totales, algo que la Corte Suprema avaló en el fallo “Quilmes” y que, según dijo, “desmadró” el sistema en todo el país.
Tres pilares para una reforma real: bajar impuestos, simplificar y reducir la informalidad
Olivero Vila sostuvo que cualquier reforma debe cumplir tres condiciones: “baja de impuestos, simplificación y baja de la informalidad”. Para graficar el problema, expuso una imagen que resume el peso del sistema actual: “Con 45% de informalidad, cada trabajador formal lleva a cuestas a alguien casi de su mismo peso para sostener el gasto público. Con eso no se puede caminar diez cuadras. Bajando impuestos, esa informalidad podría bajar al 20 o 25%, como en Chile, y el sistema sería mucho más justo y digerible”.
También comparó al contribuyente argentino con un caso extremo: “Es como una persona con obesidad mórbida. El tratamiento no es sofisticado: hay que eliminar dislates fiscales. Estamos tan mal que la reforma es simple en el sentido de que hay un norte evidente”.
“Sin alivio fiscal no hay competitividad posible”
Antes de finalizar, el titular de Lógica advirtió que el país necesita una reforma profunda si quiere ser competitivo: “Con este sistema tributario no podemos funcionar. No hay margen. Sin un desahogo fiscal no hay crecimiento posible”.
Finalmente, invitó al público a seguir el trabajo de la ONG: “Para los que quieran, estamos en redes como País con Lógica”.


