El abogado laboralista Julián de Diego analizó los primeros pasos de la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei y advirtió que la legislación vigente está completamente desactualizada. «Nuestra ley laboral es de 1975, en esa época no existía ni el fax», afirmó.
En el programa especial de San Nicolás Debate por el Día del Trabajador, el abogado laboralista Julián de Diego fue entrevistado para analizar el panorama del empleo en la Argentina y las claves del capítulo laboral de la Ley Bases recientemente aprobada por el Congreso. En diálogo con Baltasar Schubert, sostuvo que «la reforma laboral es inexorable e inevitable» y que las normas actuales ya no dan respuestas a los desafíos del mercado.
Primera etapa de un proceso más amplio
De Diego explicó que lo aprobado hasta ahora representa apenas el inicio de un camino que requerirá sucesivas reformas legislativas: “La Ley Bases incluye 18 artículos que modifican cuestiones clave como la derogación de multas, la ampliación del período de prueba, y nuevas figuras para casos de huelga salvaje”, enumeró. También señaló que ya se avanzó por decreto en temas como la libre elección de obras sociales y la digitalización del manejo de propinas.
“El proceso de reforma laboral es una sucesión de oleadas. En Francia ya van por la sexta desde la pandemia. En España e Italia están en la quinta. Nosotros recién estamos en la primera”, puntualizó.
Legislación desfasada y crecimiento del empleo informal
Para el abogado, uno de los problemas estructurales es que el marco legal vigente fue diseñado en otro contexto histórico. “Nuestra legislación es del año 1975, con fundamentos de la posguerra. Está completamente fuera de época frente a las nuevas tecnologías. Si no se actualiza, va a quedar como letra muerta en un museo”, advirtió.
Según detalló, en los últimos 10 años no creció el empleo registrado privado formal, que se mantiene en torno a los 6 millones de trabajadores. En cambio, aumentó el empleo informal, que ronda el 40%. “Y en muchos organismos públicos hay monotributistas que son empleados en fraude a la ley”, denunció.
Caída de la litigiosidad y los límites de la reforma
Consultado sobre la eliminación de las multas por empleo no registrado, una de las medidas más esperadas por las pymes, De Diego afirmó que la litigiosidad bajó notablemente: “Antes las multas duplicaban o triplicaban los juicios. Hoy se ha reducido mucho esa motivación”, señaló. Sin embargo, advirtió que aún persisten los juicios laborales anteriores a la reforma, que continúan en trámite con las sanciones vigentes.
“La ley es buena para el flujo, para lo que viene, pero no resuelve el stock”, explicó. Y agregó que en provincias como Córdoba o Misiones hay fallos dispares sobre si aplicar retroactivamente la derogación de multas, dependiendo de si se las considera sanciones laborales o penales.
Un sindicalismo en crisis de representación
Otro punto clave fue el rol del sindicalismo frente al nuevo escenario. Para De Diego, los gremios atraviesan una “crisis de representatividad” y no han logrado adaptarse al nuevo contexto político y económico. “Con la inflación más controlada, perdieron su principal argumento en las paritarias. Y el último paro general fue evaluado internamente como un fracaso”, comentó.
Además, advirtió que el gobierno ya comenzó a afectar las fuentes de financiamiento sindical con medidas como la libre elección de obras sociales y la eliminación de la triangulación con prepagas. “La mayoría de los trabajadores con empleo formal no sabe ni cómo se llama su dirigente gremial. Hoy la gente quiere trabajar en paz”, resumió.
El desafío judicial y el respaldo parlamentario
Por último, De Diego remarcó que los cambios en la legislación laboral deben contar con una sólida base legal para evitar futuras impugnaciones: “Las reformas que modifican normas estructurales deben ser leyes de fondo aprobadas por el Congreso. Los decretos tienen una alta vulnerabilidad legal”, afirmó.
Y concluyó con una mirada hacia el futuro: “Los trabajadores están pidiendo una legislación acorde a las nuevas tecnologías. Eso es lo que va a generar empleo. Pero para que esos puestos se consoliden, también tiene que haber capacitación, educación y adaptación a la robótica, la inteligencia artificial y la automatización”.