El economista jefe de Black Toro analizó la tercera fase del programa económico del Gobierno, la remonetización con dólares del colchón y la acumulación de reservas del Banco Central.
En una nueva emisión de San Nicolás Debate, el economista Fernando Marengo, jefe del equipo económico de Black Toro, analizó desde Estados Unidos la evolución del programa económico del Gobierno nacional y los principales desafíos en materia de consumo, tipo de cambio y reservas. Marengo destacó que “la economía se está recuperando y creciendo de manera importante, aunque con una caída en la rentabilidad financiera”.
Salida del cepo y bandas cambiarias
Consultado sobre el nuevo esquema cambiario, Marengo explicó que el Gobierno pasó de un modelo de doble ancla –fiscal y cambiaria– a una “tercera fase del programa”, en la cual “se fortalece el ancla fiscal y se relativiza el ancla cambiaria con un esquema de bandas”. Según el economista, este nuevo enfoque ha sido exitoso hasta el momento, ya que “el mercado de cambios refleja lo que sucede entre el mercado de pesos y el mercado de dólares”.
En este contexto, enumeró una serie de condiciones favorables: “superávit fiscal, superávit externo, baja monetización, exportadores demorando liquidaciones, importadores cancelando deudas y el inicio de la cosecha gruesa”. Todos estos elementos, aseguró, tienden a mantener un tipo de cambio estable o con tendencia a la apreciación, siempre y cuando “la demanda de dinero se mantenga estable”.
El incentivo a usar dólares del colchón
Sobre la medida anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, para incentivar el uso de dólares atesorados en transacciones de hasta 100 mil dólares sin declarar su origen, Marengo señaló que “el equipo económico parte del diagnóstico de que hay un faltante de pesos en la economía”.
“El éxito del programa en estos 15 meses fue secar la plaza de pesos. Ahora, con una economía que se recupera y crece, se necesita más liquidez transaccional”, detalló. Como el Gobierno no quiere emitir para generar esa liquidez, considera razonable habilitar el uso de dólares ahorrados informalmente por los argentinos: “Son dólares que no están en el extranjero, sino en cajas de seguridad o en el colchón, producto de décadas de estafas al tenedor de pesos”.
Competencia de monedas
En relación con el concepto de competencia de monedas, Marengo sostuvo que “el Gobierno apunta a la coexistencia de dos monedas”, más que a una competencia en términos clásicos. “No es que una reemplace a la otra a un tipo de cambio libre, sino que se busca que los ciudadanos puedan elegir en qué moneda realizar sus operaciones, con libertad legal para hacerlo”, explicó.
Reservas, FMI y apoyo de Estados Unidos
Respecto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la posibilidad de acumular reservas, el economista destacó el rol clave de una línea de financiamiento del Tesoro estadounidense. “Lo más relevante no fue el acuerdo con el FMI o el swap con China, sino la aprobación de la línea IFS por parte del Tesoro de EE. UU., que le permitiría al Gobierno acceder a dólares en caso de un shock externo. Es una herramienta muy poderosa, que no se usaba desde 2002 con Uruguay o desde 1995 con México”.
Además, recordó que desde diciembre de 2023 el Banco Central ha comprado más de 25 mil millones de dólares, un récord histórico. “Eso fue posible por la demanda de pesos. Mientras siga habiendo necesidad de pesos y no haya emisión por déficit fiscal, la compra de dólares podrá continuar, aunque ahora está condicionada por las bandas cambiarias”.
Actividad y consumo: repunte con matices
Al ser consultado sobre la evolución del consumo, Marengo fue enfático: “Más allá de opiniones, los datos oficiales muestran una fuerte recuperación. El nivel del PBI mensual está en niveles comparables a 2017 o 2022, y el consumo privado ya había recuperado gran parte de la caída hacia fines del año pasado”.
No obstante, advirtió que lo que sí está más debilitado es la rentabilidad: “Hoy desaparece la rentabilidad financiera que antes era central. Además, la economía está experimentando una baja en la nominalidad, por la menor inflación. Eso también afecta los márgenes empresariales”. Según Marengo, aunque el consumo mejora y la economía crece, “los márgenes ya no son los de antes, y eso genera tensiones en muchos sectores”.